martes, 9 de marzo de 2010

MONSTER SHOW


No deja de resultarme curioso (cuando no indignante) cómo de forma demasiado habitual un género como el terror, de tanto bagaje a nivel socio-cultural, no siempre obtiene el respeto que se merece. Más bien al contrario, en una actitud un tanto condescendiente, el terror suele verse como un divertimento sin mayor trascendencia, una mera máquina de fabricar pesadillas e imágenes perturbadoras... o, en el peor de los casos, de jocosidad involuntaria. Por suerte, de vez en cuando salen al mercado algunos estudios que ponen al género en su sitio y nos demuestran que, más allá de esa intrascendencia absurda que nos pretenden vender, pocos géneros como el terror logran tomarle el pulso con tanta firmeza a la sociedad que engendra y consume sus propias pesadillas.


Es el caso de Monster Show: una historia cultural del horror, escrito por el historiador de cine, guionista y productor David J. Skal y editado por Valdemar Editores en su línea "Intempestivas" (en 2008, nada menos, aunque en Estados Unidos se publicó más de una década antes). El caso es que llevo más de medio libro leído y creo que ya os lo puedo recomendar sin reservas. Tal y como se puede leer en la contraportada, "El lúcido análisis histórico de esta obra plantea la hipótesis de que la ficción de terror ha cumplido siempre la función de recrear, como una inconsciente metáfora, los principales traumas y obsesiones sociales." Y quizás así contado, suene un poco a coñazo, pero os aseguro que el libro es de lo más ameno, claro e interesante. Quizás sólo le pueda sacar dos pegas: por un lado, que el subtítulo es engañoso, pues más bien debería haberse llamado "Una historia cultural del cine de terror americano", captando así las restricciones que hay en la obra, donde no se habla más que de cine y, casi en exclusiva, del americano; por otro lado, ocurre lo que suele pasar con la mayoría de manuales de este tipo, y es que le dedican muchas páginas al llamado "cine clásico" y, sin embargo, apenas llegada la década de los 80, se despacha corriendo y de malas maneras.


En todo caso, muy instructivo, pues te da una visión algo más compleja de un género que, pese a ser tan popular, es bastante desconocido en muchos sentidos. Una de las cosas que me ha llamado más la atención es cómo el auge popular de Lon Chaney y sus famosas caracterizaciones, a cual más monstruosa, coincide con la primera guerra mundial y el recuento de supervivientes con los rostros desfigurados debido a los estragos en el campo de batalla. Algo parecido ocurre con Frankenstein y sus múltiples secuelas, que de algún modo generan reverberaciones de esos cadáveres desmembrados en la guerra (amputados de los que la prensa no se hacía eco, pero sí a su manera la pantalla grande, como vemos).


Por otro lado, ¿es una coincidencia que el monstruo favorito del celuloide durante la segunda guerra mundial sea el hombre lobo encarnado por Lon Chaney Jr.? No lo parece, sobre todo si nos atenemos a las siguientes palabras del psicobiógrafo Robert G.L. Waite:

A Hitler le fascinaban los lobos. De niño estaba encantado con su nombre y siempre ponía de relieve que provenía del viejo alemán "Athalwolf", un compuesto de "athal" (noble) y "wolf" (lobo). (...) Al principio de su carrera política escogió "Herr Wolf" como seudónimo. (...) Bautizó su cuartel general en Francia Wolfsschlucht (barranco del lobo). En Ucrania su cuartel general se llamaba Werwolf."

Muchas casualidades juntas, ¿no?


Otras apreciaciones son, a simple vista, un tanto más obvias, quizás en tanto en cuanto nos ha tocado vivirlas de primera mano y ya hemos leído todo tipo de textos al respecto. Me refiero, por ejemplo, a la relación casi directa entre vampiros y SIDA en la década de los 90, donde la transmisión del vampirismo como enfermedad y a través de la sangre parecía una metáfora bastante evidente de lo que ocurre con una de las enfermedades más tristemente célebres desde la década de los 80 (ver, para más señas, el Drácula de Bram Stoker de Francis Ford Coppola o la Entrevista con el vampiro de Neil Jordan).

Como decía antes, la pena es que el libro no se adentre en el modo que ha evolucionado (e involucionado, que de todo hay) el terror en el nuevo milenio. Creo que hay mucho que decir al respecto.


Por último, quisiera despedirme con la exposición de una pequeña paradoja que vengo observando a raíz de tratar de vender una antología de cuentos de terror que escribí: precisamente en estos tiempos que corren de desgaste moral, de crisis económica y desastres naturales, ¿cómo es posible que las editoriales se atrevan tan poco con el terror, que es un género que a nivel popular se ha crecido precisamente en tiempos de crisis (según el propio Skal, porque la gente se alivia viendo que a otra gente le pasan cosas peores que a ellos mismos)? ¿Está cambiando la percepción de los lectores? ¿Quizás el lector del nuevo milenio prefiere capear los malos tiempos leyendo historias rosas de vampiros adolescentes metrosexuales? ¿Tal vez el nuevo terror sean las catástrofes naturales de films como 2012 o las pandemias metafóricas del género de zombies? Es una pregunta que dejo en el aire.

6 comentarios:

  1. Pues parece interesante si señor!! aunque si sólo se centra en cine americano.. donde quedan clásicos como "Nosferatu" o "El Gabinete del Doctor Caligari"..

    respecto a tu último párrafo, es curioso la perspectiva que de terror pueden tener algunas personas, una vez conversando sobre cine con una conocida en un bar (te puedes imaginar el grado de amistad y de alcoholismo en el cuerpo para tratar estos temas) me comentaba que para ella el cine de terror era por ejemplo "Requiem for a dream" que era donde realmente podías ser consciente de lo terrorífico de la realidad humana y que el (según ella mal llamado) cine de terror no es más que sustos y casquería...
    recuerdo que estuvimos un rato largo discutiendo xq yo creía (y sigo creyendo) q esta tia estaba flipada.. xD

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  2. Interesante libro, la verdad es que Valdemar esta haciendo mucho por la causa y como ejemplo ahí esta la colección "Valdemar gótica".

    Personalmente creo que una de las razones por la que siempre se tiende a menospreciar este género es por la necesidad que siente el ser humano de controlar sus emociones y el terror es una de las emociones más intensas que podemos sentir.

    Sobre la pegunta que haces al final de la entrada solo se me ocurre que este vampiro metrosexual que tanto gusta actualmente viene de una evolución mal entendida de ese elemento supuestamente romántico de los vampiros, pero también de la necesidad de llevar los amores imposibles a un nivel más trágico... aunque ello lleve a que coquetee con la "sensibilidad" (por decirlo de algún modo... porque da vergüenza ajena) de tribus urbanas como los Emo, quienes se regocijan en un dramatismo y una oscuridad tan exagerada como falsa.

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  3. Yo lo achaco a la falta de originalidad, y la tendencia de los americanos, de "americanizar" las historias...
    Hace mucho tiempo que no he visto en el cine una buena peli de terror...

    Queda en mi lista el libro ;)
    saludos

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  4. Gracias a la editorial Valdemar descubrí yo muchas obras de terror gótico como las de M. R. James. Quizás es el estilo que más me sugiere a la hora de leer o ver terror, los zombies y la sangre ya no me dice tanto, para eso pongo el telediario.
    Creo que eso tiene que ver con tu pregunta: depende de lo que cada uno busque al consumir historias de miedo; para algunos puede ser enfrentar su aburrida vida diaria con otras épocas que parecían más emocionantes (fantasmas, aparecidos, crimenes de la Calle Morgue). Para otros, sería buscar una hiperrealidad donde en una oficina/instituto/barrio como el suyo pueden ocurrir cosas espantosas.

    Mi libro favorito de todos los tiempos en este tema es Otra Vuelta de Tuerca, de otro James, Henry. Sigo pensando que Amenabar lo había léido para hacer los Otros, por mucho que diga que no y que no.

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  5. Me interesa el libro, me interesa. No sabría decir por qué a día de hoy las editoriales se acojonan [nunca mejor dicho] con el género de terror, como tú muy bien dices, es en épocas de crisis donde el género ha tenido más aceptación t demanda. Tal vez se deba a que hoy en día se aboga más por el 'olvídate de todo lo malo', porque todo lo negativo [y el género de terror, hoy en día se ve como algo negativo, o a mí me lo parece así], se tilda de políticamente incorrecto, o sencillamente se aparta a un rincón más oscuro donde no pueda molestarnos. Lo que pasa es que cada día nos jode más pensar. Y si es por nosotros mismos, peor todavía.

    Esta entrada me da ganas de recomendarte un libro que a mí me encantó, y del que aprendí mucho; se llama 'Orden y caos, un estudio de lo monstruoso en el arte', y es de José Miguel G. Cortés. Tal vez le conozcas, es profesor en la facultad de Bellas Artes de Valencia, y el libro es una verdadera joya.

    ¡Un besazo!

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  6. Muy interesante tu recomendación. Y es cierto, en el mercado editorial español el género del terror no tiene muchas salidas, a diferencia de lo que pasa en el mercado anglosajón. Ojalá publiques tu antología, si lo haces háznoslo saber, que la buscaré.
    El terror, curiosamente, es el género que más fluye temporalmente, y lo que hoy da miedo mañana da risa y viceversa. Aunque creo que hay un elemento que siempre da y dará terror: el terror a volverse loco. Las películas sobre la locura siempre me han parecido de lo más terrorífico.
    Y coincido con Efter, probablemente el mejor relato de terror de todos los tiempos sea Otra Vuelta de Tuerca. Su perseguida ambigüedad y la utilización de críos en la historia lo hace ser realmente desconcertante. Y yo tampoco me creo que Amenábar no lo leyera. Demasiado evidente.

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